La investigación es crucial para reducir la
incertidumbre acerca de la pandemia y sus consecuencias. Tenemos el deber ético
de hacer investigación durante el brote a fin de mejorar la prevención y la
atención. La investigación es esencial, en primer lugar, para comprender la
enfermedad a fin de formular intervenciones y prácticas para su manejo y, en
segundo lugar, para evaluar la seguridad y la eficacia de todas las
propuestas de exámenes de diagnóstico, tratamientos, vacunas y estrategias de
manejo. Debemos procurar que las investigaciones que se lleven a cabo sean lo
más rigurosas posible en las condiciones actuales para garantizar que
aprendamos tanto y tan rápido como sea posible. Hacer investigación puede
resultar complejo durante una emergencia, y no debe comprometer el deber de dar
atención de salud como se describe en este documento.
Se debe informar a las poblaciones y las
comunidades continuamente acerca de la importancia de hacer investigación tanto
durante la emergencia como luego de esta, por lo que es necesario obtener
muestras y reunir datos durante y después de la pandemia. Es muy recomendable
involucrar a la comunidad antes de iniciar una investigación para garantizar
que los estudios aborden las necesidades y las prioridades locales y que el
diseño del estudio sea aceptable para la población donde se llevará a cabo. El
involucramiento de la comunidad fomenta la confianza, que es vital durante una
emergencia y resulta esencial para realizar investigaciones que permitirán
obtener información precisa y valiosa.
La pandemia también destaca la necesidad de crear
de manera continua capacidad local para hacer investigación a fin de fortalecer
la capacidad de respuesta en otros brotes o pandemias como ésta. Como señala el
Informe sobre la salud en el mundo 2013, a menos que los países de ingresos
bajos y medianos comiencen a generar datos, en lugar de solo recibirlos, no
habrá grandes mejoras en materia de salud pública.[1]Por consiguiente, desde una perspectiva ética, las
iniciativas para desarrollar las capacidades para la investigación deben ser
consideradas como prioritarias.
La investigación con seres humanos durante las
emergencias debe contar con garantías éticas mayores, no menores que en las
situaciones ordinarias. Se debe obtener la aprobación ética de todas las
investigaciones con participantes humanos que se realicen en emergencia antes
de que empiecen los estudios y la necesidad de acelerar las investigaciones no
debe ser a expensas de una revisión ética rigurosa. Sin embargo, los comités de
revisión ética deben llevar a cabo una revisión ética acelerada, aunque de
todas formas rigurosa, para las investigaciones en condiciones de emergencia.
Hay que crear mecanismos para acelerar los procesos de aprobación ética, así
como estrategias para integrar el trabajo de diferentes comités de revisión
ética a fin de evitar duplicaciones. Una posibilidad es que los investigadores
y las entidades financiadoras soliciten la revisión ética de protocolos
estándar que posteriormente puedan adaptarse y aprobarse mediante un proceso
acelerado.[2] Se recomienda incluir a
especialistas de ética en la elaboración de los protocolos de investigación.
En particular durante las
emergencias, el proceso de revisión ética debe evaluar la rendición de cuentas
de los investigadores, las instituciones y las entidades financiadoras para
garantizar que los estudios se realicen de manera ética. Las autoridades de
salud y las instituciones que realizan investigaciones deben mejorar la
visibilidad y la credibilidad de los comités de revisión ética para promover la
confianza en la investigación.[3] Es posible fomentar la
confianza informando a las comunidades y las poblaciones locales sobre el
diseño, la ejecución y los beneficios y los resultados de la investigación,
promoviendo su participación e informando continuamente al público sobre las
investigaciones que se está realizando y los distintos procesos y requisitos
que apuntan a garantizar que la investigación sea ética. Esta estrategia
también facilita los procesos de consentimiento que tienden a ser problemáticos
durante las 13 emergencias.[4]
Las pautas de ética nacionales e internacionales
existentes para la investigación con participantes humanos aplican a todas las
investigaciones realizadas durante las emergencias. En consecuencia, es
necesario obtener el consentimiento informado en todas las investigaciones que
se lleven a cabo durante las emergencias que involucren participantes humanos o
sus muestras o datos identificables. Las pautas estipulan algunas
circunstancias en las cuales el comité de revisión ética puede decidir dar una
dispensa al requisito de obtener consentimiento informado: a) si no es factible
obtenerlo y los estudios b) tienen un importante valor social y c) solo suponen
riesgos mínimos para los participantes.[5]
Especialmente en el contexto
de las pandemias, y para catalizar la investigación que es tan necesaria, es
muy recomendable obtener un consentimiento amplio para el uso de muestras y
datos en investigaciones futuras (incluidos los estudios con muestras en
biobancos). A diferencia del consentimiento tradicional, que busca la
participación en un estudio específico, el consentimiento amplio se aplica para
la participación en varios estudios futuros que aún no están planeados ni
conceptualizados, pero que es posible que se diseñen a medida que surja nueva
información. Cuando se utiliza un consentimiento amplio, las investigaciones
futuras con muestras o datos de un participante normalmente deben contar con la
aprobación de un comité de revisión ética. Esto se debe explicar a los
participantes como parte del proceso de consentimiento informado amplio. En
términos generales, las personas siempre deben saber si están participando en
una investigación, si están recibiendo atención médica o si están participando
en una intervención de salud pública. Esta claridad es fundamental para
inspirar y mantener la confianza del público en la investigación y los
profesionales de la salud.
La pandemia nos enfrentan con la necesidad de
realizar investigaciones en situaciones de urgencia: con personas que padecen
de una condición aguda, requieren intervenciones en un período de tiempo
limitado y sufrirán consecuencias serias si no reciben intervenciones eficaces.
Estas investigaciones presentan desafíos éticos específicos, incluyendo
dificultades para realizar procesos de consentimiento informado adecuados, para
los que existe orientación ética.[6]
Se necesita hacer investigación durante y después
de la pandemia. Las muestras que no fueron tomadas para propósitos distintos a
la investigación (por ejemplo, para la vigilancia a cargo de las autoridades de
salud, o las muestras clínicas remanentes) pueden usarse para investigación en
algunas circunstancias: por ejemplo, si quienes las aportaron dieron un
consentimiento amplio para el uso futuro de sus muestras en investigaciones con
seres humanos, o si se ha informado al público que las muestras clínicas
remanentes pueden ser utilizadas en investigaciones una vez anonimizadas. Estos
estudios deben obtener una aprobación ética previa. [7]
Si no se obtuvo el consentimiento amplio para el uso futuro cuando se tomaron
las muestras, los comités de revisión ética pueden requerir que se solicite el
consentimiento de las personas que dieron las muestras. Los comités de revisión
ética también pueden evaluar si una dispensa al consentimiento es apropiada.
Sí. Tal como se acordó internacionalmente luego al
brote del virus del Ébola, durante una emergencia de salud todas las partes
involucradas tienen el deber de compartir rápidamente los datos y resultados de
las investigaciones para guiar la toma de decisiones.[8]
Hay que hacer todo lo posible por garantizar que los datos estén completos y
sean de la mejor calidad posible. En el contexto actual, se necesita con
urgencia realizar investigaciones para minimizar los daños causados por la
pandemia. Es éticamente inaceptable obstaculizar o retrasar la publicación de
los resultados de las investigaciones. Todas las partes involucradas en la
investigación deben contribuir para lograr que los resultados de las investigaciones
se den a conocer con prontitud a través de canales de amplio acceso (por
ejemplo, revistas publicadas en acceso abierto) para informar mejor las
respuestas de salud pública a la pandemia. Los equipos de investigación tienen
el deber de hacer públicos los resultados de su investigación sin dilación y de
entregar a los profesionales de salud pública con prontitud toda la información
relevante. Los equipos de investigación también tienen el deber de promover
otras investigaciones, lo que implica facilitar a otros investigadores los
protocolos de investigación e instrumentos, datos y muestras en la medida en
que sea posible hacerlo éticamente. Estos deberes se aplican a todos los
investigadores, incluidos quienes se desempeñan en instituciones gubernamentales.
La pandemia constituye una emergencia sanitaria de
carácter mundial, de manera que es muy aconsejable promover la colaboración
internacional y el intercambio de datos a través de las fronteras nacionales.
La colaboración internacional no debe estar restringida a los datos y los
resultados de las investigaciones. En la medida de lo posible, los
investigadores y las entidades financiadoras deben incorporar diseños y
actividades que creen capacidad de investigación en los países de ingresos
bajos y medianos y otros entornos con recursos limitados.
[1]Organización
Mundial de la Salud. Investigaciones para una cobertura sanitaria universal. Informe sobre la salud
en el mundo 2013. Ginebra: OMS,
2013. 1
[2] Global Forum
on Bioethics in Research (GFBR). Meeting report: Emerging epidemic infections
and experimental medical treatments. Annecy, Francia. 3 y 4 de noviembre del
2015.
[3] Por ejemplo,
mejorando y protegiendo su independencia, y dándoles apoyo y poniendo el
conocimiento a su alcance según sea necesario, sobre todo si se trata de
métodos de investigación no tradicionales y el diseño del estudio es innovador.
[4] Global Forum on
Bioethics in Research (GFBR). Meeting report: Emerging epidemic infections and
experimental medical treatments. Annecy, Francia. 3 y 4 de noviembre del 2015.
[5]Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias
Médicas (CIOMS). Pautas éticas internacionales para la investigación
relacionada con la salud con seres humanos, Cuarta Edición. OPS y CIOMS, 2016.
[6]Millum
J, Beecroft B, Hardcastle TC, et al. Emergency care research ethics in
low-income and middle-income countries. BMJ Global Health 2019;4:e001260.
[7] Algunas pautas y regulaciones sobre las investigaciones
con seres humanos solo son aplicables a los estudios en los que participan
personas o se utilizan sus muestras identificables. En consecuencia, las
investigaciones que se realizan con muestras recolectadas previamente con otros
propósitos pueden llevarse a cabo sin obtener aprobación ética si estas
muestras son completamente inidentificables para los investigadores. Esto es
consistente con las directrices internacionales: La Declaración de Helsinki da
pautas éticas para la “investigación médica en seres humanos, incluida la
investigación del material humano y de información identificables” y el CIOMS
hace referencia a “la investigación en sujetos humanos [...], incluyendo la
investigación con tejido humano o datos identificables”.
En medio de una pandemia como la actual no es admisible
poner los intereses particulares por sobre la vida de millones
El sistema de patentes de invención, usado por la empresa farmacológica es uno de los mayores enemigos de la salud pública puesto que sus pautas no han sido establecidas en función del derecho a la salud de los pueblos sino siguiendo las reglas de juego del comercio global que responden al mercado y al beneficio financiero. De modo que las patentes no han cumplido con lo que se menciona que es su razón de ser: ni son un estímulo para la investigación ni mejoran la calidad de vida de la población, sino que benefician profusamente a los productores de medicamentos y a pequeños sectores con enorme poder adquisitivo. Han puesto intereses particulares por sobre la vida de millones.
El sistema de patentes actual fue reforzado de manera global a partir del Acuerdo sobre ADPIC, normativa fundacional de la Organización Mundial de Comercio (OMC) -institución ajena a la ONU- a través de la cual se impusieron las reglas de juego neoliberales para el comercio global y la consecuencia de esas reglas no no sólo perjudican el uso de medicamentos para la terapia, limitando el mismo a la disponibilidad financiera, sino a la investigación sobre vacunas o drogas curativas por la mal habida apropiación del conocimiento, el cual, como establece la Declaración Universal sobre Bioética y Derechos Humanos de la UNESCO, debería ser accesible y de libre circulación.
La Redbioética UNESCO considera que el derecho a la salud está por encima de cualquier interés comercial ya que la salud no es una mercancía que puede comprarse o venderse. Por esa razón adhiere a la denuncia y comparte el llamamiento de la Asociación Médicos sin Fronteras a que “no se patenten ni se reciban beneficios y ganancias comerciales de losmedicamentos, los tests o las vacunas que se desarrollen para la pandemia de COVID-19, y que los gobiernosse preparen para suspender y anular patentes y tomar otras medidas, como el control de precios, para garantizar la disponibilidad, reducir el precio y salvar más vidas”.
Asimismo apoya el petitotio hecho a los gobiernos “a prepararse para suspender o anular las patentes de herramientas médicas para la COVID-19 mediante la emisión de licencias obligatorias. Eliminar las patentes y otras barreras es fundamental para ayudar a garantizar que haya suficientes proveedores que vendan las herramientas para el COVID-19 a precios que todos los estados puedan pagar ... En los países donde las corporaciones farmacéuticas hacen cumplir las patentes, instamos a los gobiernos a poner en marcha los mecanismos para anular estos monopoliospara que puedan garantizar el suministro de medicamentos asequibles y salvar más vidas, especialmente los elementos para pruebas infectológicas, factor imprescindible actualmente para detener la propagación de la epidemia…Las empresas farmacéuticas y de diagnóstico están eligiendo ser parte del problema en lugar de ser parte de la solución, lo que demuestra que incluso en esta crisis aguda de salud global, no harán lo correcto”.
Adhesión de la Redbioética al llamamiento de Médicos sin Frontera