CURSO AUTO ASISTIDO DE BIOÉTICA Y PANDEMIA COVID
Diagrama de temas
- BIENVENIDOS
- NO ENTREGA CERTIFICACIÓN
- Sorpresa Sanitaria
- Marcos Bioéticos de Referencia de una Pandemia
- Principios Bioéticos en Pandemia
- Aspectos Bioéticos para el Personal Sanitario en Pandemia
- Criteriología de los usos del Recurso Sanitario en Pandemia
- Función de los Comités Hospitalarios de Bioética frente a la Pandemia
- Investigación Clínica Experimental en Pandemia
- Cuidados Paliativos en Pandemia
- Salud Mental y Pandemia
- Links, vídeos, Artículos de Interés de bioética y COVID19
- AVISOS Y FOROS
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Los trabajadores de la salud no son superhéroes Dr. Ignacio Maglio -
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La Beneficencia médica
Una enseñanza y una consecuencia no prevista que trajo la pandemia del HIV-SIDA fue que, a nivel de reflexión bioética, se volvió a considerar como un principio esencial de esta disciplina, el principio de beneficencia médica. Aquel “viejo” principio que se podría afirmar que tiene prácticamente su origen en el mismo juramento hipocrático, y que señala el deber que tiene todo médico o personal de salud, de tratar de aliviar y de estar diligente de las personas enfermas, y que esta obligación es mayor, si estas personas son afectadas por epidemias.
Algunos bioeticistas reflexionaron, que a partir de lo que se vivió en las pandemias contemporáneas, el personal de salud vuelve a tener un protagonismo, quizás un poco olvidado en los nuevos modelos de atención entre los equipos de salud y los enfermos, donde se podría sostener que hay una gran preponderancia de las decisiones y preferencias del paciente, quedando muy detrás la opinión del personal sanitario. Quizás esto no sea así en la práctica diaria del consultorio, pero sí, en un primer momento, muchos agentes de salud sintieron o parecía, desde algunas opiniones, que lo único que se debía tener en cuenta en la nueva relación médico paciente era la autonomía del paciente, quedando relegada el parecer médico o que el médico funcionaba como un medio ejecutor de los deseos de los pacientes. Así, a partir de estas pandemias, se vuelve a restituir en su lugar, la clásica beneficencia médica[1] y a su preponderante valor en las decisiones que la bioética busca recomendar.
Se han usado dos criterios para fundamentar la necesidad de esta beneficencia médica en tiempo de pandemias, como es que el personal de salud ha sido preparado para este tipo de situaciones y es el único en la sociedad que puede hacerlo (no tiene sustituto social lo que hace el personal de salud), y se pone como ejemplo de comparación al agente de seguridad que debe enfrentar el peligro de un asalto y no puede hacerlo otro dentro de la sociedad sin ser imprudente. Por otro lado, relacionado a lo anterior, la sociedad misma, concede con sus leyes y disposiciones, ciertos privilegios y reconocimientos a este personal de salud, por lo que cuando la sociedad los necesita -como por ejemplo lo es en esta pandemia-se requiere de sus servicios. Por eso, también es justo que exista algún tipo de compensación económica o de algún otro tipo de beneficio al personal afectado por estas problemáticas.
Dr. Andrés Toledo
[1] Se quiere mencionar lo que sucede en Argentina con su población que de manera espontánea todos los días brindan aplausos a los agentes de salud como reconocimiento de su labor.
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CUIDADOS PARA LOS PROFESIONALES
Los cuidados en salud deben contemplar diversas dimensiones: las relativas a la ejecución instrumental del cuidado, los saberes específicos/técnicos para el desempeño de tareas de cuidados, las etapas evolutivas y transiciones vitales que requieren cuidados, los gestos de afecto en el cuidado, los cuidados de larga duración y sus desgastes, los descuidos y sus consecuencias, los diferentes actores sociales del cuidado, el cuidado de los que cuidan, etc. Todos somos potenciales sujetos requirentes y proveedores de cuidados, por lo cual son de fundamental importancia las relaciones sociales que lo apuntalen.
Ante situaciones disruptivas como las actuales, frente a una pandemia globalizada que impone un aislamiento social obligatorio, las personas reaccionamos de maneras diversas, vivenciamos sensaciones nuevas e intensas, intentamos dar respuestas a las exigencias de los roles sociales que ocupamos con estilos de afrontamientos singulares y colectivos.
Influenciados por los mecanismos de sobre conectividad e información instantánea, nuestras emociones también se suceden ininterrumpidamente sin espacio reflexivo. Como trabajadores de la salud el primer eslabón de cuidado debería ser “el cuidado de sí”. Foucault dirá que el cuidado de sí es una mirada sobre uno mismo, de tal suerte que solo puedo cuidar al otro en tanto logro el cuidado de sí mismo […] la inquietud de sí debe consistir en el autoconocimiento. Cuidarse a sí mismo es ir al encuentro de uno mismo en contexto. Es decir que en situaciones como las que atravesamos actualmente, para poder cuidar al otro, vulnerable, con miedo, con incertidumbre, debemos conocer esas experiencias en nosotros mismos para lograr aproximarnos a una respuesta que brinde subjetivación al cuidado y al cuidador.
❖ En contextos de pandemia poder ensayar preguntarnos por el proceso del final de la vida, la muerte, el aislamiento social/importancia de nuestros afectos y la
discontinuidad del contacto físico.
❖ Proponernos revisar las cargas de trabajo, las condiciones y medio ambiente de trabajo, el impacto sobre el propio cuerpo y el malestar laboral
❖ Reconocer algunos de los factores que propician el síndrome de Burnout como: sensación de Tedio - desinterés/desatención en la Tarea - dificultades en la
organización - Despersonalización - Cansancio emocional - Falta de realización Personal
Algunas sugerencias para el cuidado colectivo de los trabajadores de la salud:
● Fortalecer el trabajo en equipo , no quedar a solas en la atención, comunicación y toma de decisiones.
● Consolidar el trabajo colaborativo y en red, de no ser posible presencialmente, contactarse con referentes y colegas que puedan favorecer la praxis.
● Reconocer los propios límites , ya sea del profesional, del equipo de salud, del sistema de salud, de la situación de enfermedad, de la finitud.
● Saber aceptar cuando es el momento de delegar, de replegarse para recuperar fuerzas y retomar la práctica con más claridad. Colaborar en el monitoreo de lxs
compañerxs de trabajo.
● No perder de vista las diferentes dimensiones de las personas que requieren atención, inclusive de nosotrxs mismos: física, psicológica, social, espiritual, etc.
Favorecer la interdisciplina. Promover espacios cotidianos de intercambio y reflexión entre pares. Habilitarse a compartir las emociones.
● No perder la brújula que proporciona una práctica sanitaria desde la perspectiva de los Derechos Humanos, la Ética del Cuidado y la humanización del modelo de
atención.
Recomendaciones del autocuidado propuestas por la Facultad de Psicología de la UBA:
• Mantener los horarios del sueño.
•No sobreexponerse a noticias y consultar solamente fuentes confiables (organismos oficiales, instituciones prestigiosas) y en momentos del día establecidos (por ejemplo, al mediodía o a la tarde, y no tanto al despertar o antes de dormir).
• Aunque no vaya a salir de su casa, quitarse el pijama o la ropa de dormir para evitar la sensación de discontinuidad y poder organizar los ciclos del día.
• Proponerse aprender algo nuevo a través de tutoriales o cursos online, hay muchos gratuitos y de calidad.
• Hacer una rutina de ejercicios físicos periódica en casa, siempre tomando en cuenta que es una situación especial.
• Continuar accediendo a la naturaleza y a la luz solar siempre que sea posible.
• Alimentarse bien y mantenerse hidratado.
• Mantener sus redes sociales de contención emocional con sus familiares, amigos y personas de confianza a través de medios digitales.
• Limitar los grupos de chats que difunden noticias, muchas de ellas falsas o erróneas ya que promueven pensamientos negativos y catastróficos y le imponen a nuestra mente un sobreesfuerzo.
• Ser considerado con uno mismo, con sus estados emocionales, teniendo presente que los cambios de rutina tan abruptos, la incertidumbre y la amenaza de la pandemia afecta nuestro estado emocional por más saludables que seamos. Considerar que esto mismo le ocurre a los demás, por lo tanto, intentar ejercitar la tolerancia con nosotros mismos y con los demás.
• Las personas somos seres rutinarios, sociales y valoramos la previsibilidad. Tengamos presente que la pandemia en pocas semanas alteró todo esto.
• El cambio implica desarrollar conductas flexibles y adaptativas a esta situación con la finalidad de afrontarla positivamente.
• El armado de nuevas rutinas es un desafío, requiere flexibilidad y tener en cuenta que es un esfuerzo el cambio de rutinas muy abrupto.
• Si se tienen hijos o menores cercanos, es importante hablar con ellos. Converse sobre la información oficial sobre el coronavirus en un lenguaje adecuado a la edad y de manera honesta. Recuerde que la familia y los afectos observan nuestras emociones y comportamientos.
• Los niños tanto como los adultos requieren mantener espacios de juego y divertimento que promuevan emociones positivas.
• Si vive en espacios reducidos y en familia no los sobreexija con tareas. Tenga presente que respetar la cuarentena es ya un esfuerzo en sí mismo y como tal es valioso. Converse en familia sobre el sentido altruista de las conductas responsables para que tengan sentido los esfuerzos.
• Buscar ayuda adicional. Si se siente muy nervioso, triste, ansioso o que la situación afecta alguna esfera de su vida, busque un profesional de la salud mental. Siempre con la finalidad de encontrar modos constructivos de manejar la adversidad.
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